Es curioso. No es que mis sentimientos hayan cambiado, sino que, a menos atención recibida, menos atención dispone mi cerebro a pensar en eso.
Me gusta de la misma forma, mi admiración es la misma, pero solo cuando está ahí. Cuando demuestra que está delante. Que soy alguien, y que importo.
¿Y cuando no está?

Me descubro pensando muchas veces si habrá muerto. Por sus prolongados silencios a veces lo diría. Y entonces mi atención se centra en otras cosas, en otras personas.
Y cuando nos vemos otra vez, vuelta a empezar.

Aunque estoy temiendo que llegará el día en que ni si quiera nos crucemos y yo termine por dejar de dar algo que no me va a ser devuelto nunca.
Supongo que es una especie de auto "venga muchacha, supéralo de una vez, que ya sabes lo que hay".

Pero es que no lo sé... necesito un trasplante urgente. Creo que mi pequeño corazón me está fallando...

Porque otros días opino tan diferente...

El mundo se rompe en mis manos, y no puedo hacer nada por evitarlo.

¿Qué quieres?
Yo querría poder escuchar de nuevo esas canciones.
La banda sonora que habla de ti.

Eso querría decir que no me duele el corazón cada vez que salen en el modo aleatorio del iPod.
Querría decir que todo está bien, e irá bien.

O que ya no me importas.
(Pero eso sería una auto-mentira estúpida).

You can't get enough you take,
And take and take and never say.

...Fuck it 

Are you listening?

No te vayas. Por favor. Quédate.
Se está tan bien en la oscuridad... ¿verdad?
Te puedes relajar. Sin sonrisas frágiles. Sin besos en el aire.
Sin sarcasmos. Olvida la tensión. Las preocupaciones. Las peleas.
La vida es tan corta. Demasiado corta para la crueldad.
Cierra los ojos.
-Necesitaría estar así otra vez. Solamente a oscuras, y en silencio.
Pero cerca. Para así creer que no estoy sola.
Y así, en la oscuridad...
Cerrar los ojos.-

No te pido que olvides, tan solo que compartas tus recuerdos conmigo.
No sólo es el pasado lo que no podemos recuperar, a cada momento, ahora mismo...
Cada momento que vivimos intentando recuperar el pasado son momentos que perdemos y que tampoco van a volver. A cada momento... ahora mismo, estamos viviendo un momento especial.
Yo estoy aquí.

Hiéreme. Y lloraré.
Hiéreme. Y sangraré.
Hiéreme. Y moriré.
Lo vas a ver.

No puedo dormir, concentrarme, comer.

Hiéreme. No te lo voy a devolver.
Hiéreme. No me voy a ir.
Hiéreme. Te seguiré queriendo.
Hiéreme. Seguiré creyendo en ti.

Hiéreme. Te pediré perdón.
(Es a lo que estoy acostumbrada.)

Hiéreme y soy tuya.
Hiéreme una vez más.
Ya no puedes hacerme más daño.

Y ¿quién es él?

(Y no me vengas con el "y ¿en qué lugar se enamoró de ti?", porque resulta que no está enamorado de mi...)

Debido a los acontecimientos que últimamente han estado sucediendo en mi vida, creo que necesitaba reflexionar.
Llegué a muchas conclusiones mientras me deshidrataba por los ojos. No sé si son conclusiones que cambiaré... pero parecían bastante nítidas.

Primero, me he dado cuenta de que nadie está contento con lo que tiene. Y no sé si es porque tenemos demasiado tiempo libre para deprimirnos, o qué, pero pensé que en épocas anteriores la gente estaría tan preocupada por conseguir algo para llevar a la boca o huir de un león enfurecido que seguramente no tendrían tiempo para caer en una depresión.
Así que voy a intentar ser un poco menos quejica, y no a ser conformista, pero sí a intentar mirar las cosas desde otra perspectiva. Desde luego, creo que eso me ayudará a alcanzar antes un estado más cercano a la felicidad.

Segundo, la gente se va. Sí, la gente se va, pero por suerte, muchos de ellos vuelven. Quizá no para quedarse, pero lo importante es que volvieron. Lo importante no es que puedan irse, sino que una vez estuvieron ahí. Y quiero disfrutar al máximo el tiempo que tenga con las personas a las que ahora aprecio, porque, como ayer hablaba con alguien, quizá en unos cinco años esas personas a las que ahora quiero tanto no me reconozcan por la calle, no recuerden mi voz, y yo solo sea para ellos una sombra con la que pasaron ciertos acontecimientos de su pasado.
Voy a exprimir mi tiempo con ellos. Voy a hacer todo lo posible (si se dejan) para vivir momentos que al menos yo no pueda olvidar. Haré muchas fotos, escribiré muchas cartas y muchos post para que no quede en un simple archivador polvoso en mi cabeza.

Todos nos sentimos solos. Algunos están rodeados de gente. Otros tienen a una persona en su vida. Unos la tuvieron y han pasado por gran dolor al perderla, y no son capaces de seguir hacia delante porque no lo han superado. Otros se sienten así solo a ratos. Otros siempre.
Pero creo que si tenemos ganas de dejar esa soledad que duele, podemos. Todos nosotros.


Me prometo, que lo intentaré con todas mis fuerzas.


¿Un rayo de luz? Todavía no. Pero pronto. Pronto...

¿De qué tienes miedo?

Estás asustado. Lo sé. Me lo dicen tus ojos. No los veo, pero precisamente lo sé por eso: porque no me miras.
No sé si miras al infinito o solamente evitas mis ojos, si me estás escuchando. Solo sé que tienes miedo.

¿Te asusto? Me pregunto si podría hacerte daño de alguna manera. Lo dudo bastante.
Adrede, ni soñando: jamás iniciaría una acción mala y consciente contra ti.
Y sin querer… realmente dudo que haya algo en mí que pueda herirte.
Si no me lo quieres contar, no importa… Pero yo también tengo miedo, también estoy asustada.
Al fin y al cabo, soy humana.

La oscuridad. El dolor. No poder defenderme. Las dudas. Que te vayas para siempre. Perder el camino. No ser fuerte. Los recuerdos. El olvido. Que ya no estés conmigo…

Podría hacer una lista infinita de las cosas que me dan miedo. Pero creo que es más útil saber que, de cualquier manera, si está conmigo mi pequeño corazón… Haré frente a todos y cada uno de ellos. Y ganaré. Simplemente porque lo merece. Porque lo mereces.

Porque hubo un día en que, sin yo pedirlo, sin yo pensarlo, una mano agarró la mía y caminó conmigo.

Y en ese momento no tuve miedo.

Atención, lector: entrada escrita sin pensar, tecleando como una posesa las palabras que salían de mi mente. No me hago responsable pues ni de las faltas ni de la mierda...

Es... no sé.
Creo que, de alguna manera, aunque no consiga entenderte, en realidad, te entiendo. Porque me pasa lo mismo.
Igual no es lo mismo, pero seguro que se le parece...

Pasar los días frente a la pantalla del ordenador... películas, animes, series, mangas, tuenti, películas, mangas, animes, series, tuenti...

Tengo un nudo en el estómago que no se va. Hay algo que no está funcionando bien, pero no sé qué es. Tengo esa angustia contenida, como cuando esperas algo, pero sin saber qué espero.
Se supone que todo está bien, pero no lo está. Hay algo que no está en su sitio, y empiezo a pensar que la que no está en su sitio soy yo.
Las ideas se amontonan en mi mente, y ni si quiera hablando soy capaz de expresarme con claridad, diciendo algo que no pretendía, o llegando a una conclusión que en principio ni si quiera me planteaba.

No sé si me expliqué bien, no sé si era realmente lo que quería decir... Pero se suponía que eso iba a solucionarlo todo.

Después de esa conversación, no me siento mejor. No, algo sigue mal ahí, o quizá no sea ahí, sino en algún que otro lugar remoto de mi cabeza.
Parece increíble que siga igual de perdida que cuando tenía 17 años...
Parece increíble que siga preocupándome tanto por las personas, después de todo lo que ha pasado en casi 3 años.

Y esta entrada de mierda solo sigue siendo más caos...

Estar contigo es como cuando vuelvo a mi cama tras varios días sin haber dormido allí, como cuando me voy de vacaciones y vuelvo a ella.

Llego y está fría. Me hace temblar, me siento indefensa y me acurruco en un rincón intentando entrar en calor, pero aún así es una sensación agradable: al fin y al cabo es mi querida cama.

Al cabo de un rato, bajo las mantas empieza a haber calidez y mis dedos dejan de estar azules, dejo de temblar y estoy mucho más segura.
Estoy tan a gustito que no quiero dormirme, porque sé que entonces me despertaré y habrá pasado toda la noche y yo no me habré enterado de lo bien y a gustito que se estaba bajo las mantas. Pero irremediablemente, ese calorcito hace que al cabo de unas horas acabe rendida, con placidez, y me duerma.

Y cuando me despierto, frío otra vez. Aún estando debajo de las mantas, vuelve la tiritera, la inseguridad, el acurrucarse. Tan, tan frío, que me dan ganas de salir corriendo de la cama y no volver.

Y corro.

Y siempre vuelvo.

Pero nadie hace nada. Todos se quejan, tienen miedo o están preocupados, pero no hacen nada. Solo fingen que están pensando en algo.
No hacen más que criticar lo que hacen los otros, pero ellos mismos se quedan de brazos cruzados.

A lo mejor uno de nosotros no vuelve nunca más. A lo mejor alguien que quieres desaparece ante tus propios ojos.
Es duro vivir pensando así. Esa es justo la razón por la que lucho.

Dicen que la vida está llena de posibilidades. Yo no estoy de acuerdo. Siempre he tenido pocas opciones. A veces, sólo una.
De esos pocos caminos, he elegido uno, y ése es el que me ha traído hasta aquí.
Quiero ser fiel a ese camino. A ese camino que he elegido, que he tenido que elegir.
No hemos llegado hasta aquí arrastrados por el destino. Hemos llegado eligiendo nuestro propio camino.
De pequeños, no podíamos estar solos. No teníamos otra opción que vivir la vida que se nos ofrecía. Pero... ahora estamos juntos. Ya no somos críos. Ahora somos mucho más fuertes.
No quiero volver a separarme de  la gente a la que quiero. Por eso lucharé.
Es lo mejor que puedo hacer para seguir con esas personas.

Luchar es el único modo de protegerlos a ellos y a una misma.

(Si estás de acuerdo, quédate. Eso espero.)

El cambio es, desgraciadamente, un concepto al que nos agarramos con fuerza.
Es algo que no puedo hacer, ni haré por nadie.
Puedes intentar cambiarme, pero no durará mucho tiempo, aunque me presiones.

Las máscaras producen, al cabo del tiempo, agujeros y pozos demasiado profundos. Y al final, se cae, inevitablemente, dentro de ellos. Así de simple.

Puedes salir fuera con la terrible verdad, o con esa máscara de cambio, lo único que cambia es nada: tus ojos no mienten, mis labios no mienten.

Eres quien eres. Soy quien soy.
Y puedes correr, puedes intentar escapar, pero no podrás esconderte.

No me lo digas ahora, no hace falta.
No pretendo que sea un "sí", y no por eso vas a dejar de gustarme tampoco.
Yo sé lo que siento, y eso no va a cambiar. Por eso, esperaré. Aunque duela. No podía seguir sin al menos decírtelo.
Y que te estaré esperando.

¿Sabes cómo olvidar a tu antiguo amor?
Enamorándote de nuevo. Sumérgete en el presente.
Ese amor pasará a la historia de la forma más natural.
No es que no puedas enamorarte hasta que no olvides, sino que al enamorarte de nuevo, acabarás olvidando.
Un corazón herido por amor se cura con más amor.
Piénsalo bien, y decide... Hagas algo, o no lo hagas... la elección final es siempre de uno mismo.

Sé que no deseas hacerle daño a nadie. Quizá haya sido lo mejor que hayas estado un rato ahí, a escondidas...
Pero, ¿puedo decirte una cosa? En cuanto a qué es mejor, y lo que va a pasar en el futuro... Nadie lo sabrá hasta que lo vea.
Así que, al menos, asegúrate de lo que sabes ahora.
Preocúpate solo por lo que sientas ahora mismo.

Mi querido pequeño corazón:

Necesito que seas valiente por mi. Sé que tiemblas sobre venas y bombeas contra unas costillas de hueso de pájaro, pero te necesito para que cojas mis dientes y hagas que deje de morderme.
Sé que es difícil y que no hemos ganado ninguna medalla al coraje, pero creo que si nos agarramos las manos y cerramos los ojos, juntos podemos pasar por esto.

Te necesito, y debes saber que, probablemente, podemos salir heridos.

No estoy diciendo que vayamos a jadear y sangrar en el suelo, ni que vayamos a cerrar las puertas, apagar las luces y romper los interruptores, pero no puedo mentirte y decir que viviremos siempre bajo la luz de un Sol eterno. No lo haremos.

No nos vamos a esconder detrás de un muro siempre, aunque si queremos conseguir aquello con lo que soñamos, debemos intervenir en el frente, desafiar ese arma de fuego y recordar cuánto valemos. Podría valer la pena. Te lo prometo, podría valer la pena coger esa bala y disparar.

Y estará bien, porque no somos del tipo que se rompe fácilmente, ¿verdad? Sabemos cuánto podemos doblarnos, sabemos que si nos agarran de los pelos y nos arrastran kilómetros sobre el suelo, apretaremos la mandíbula y barreremos la arena con ese cepillo, y después nos levantaremos.

Y no te preocupes. Nunca te abandonaré o dejaré que te pudras, ni olvidaré decirte lo hermoso que eres una vez al día. Siempre serás amado.

Así que sé valiente, porque creo que sé de qué va esto.
No llores, porque creo que sé cómo podría terminar.
Sé fuerte, porque creo que sé que podemos pasar por esto.
Mi dulce, mi querido, mi pequeño corazón...

si no te quieres tú ...

nadie lo hará.

así que cuida a tu pequeño corazón.

porque solo tienes uno.

Cuando me tocas y me miras, eres rojo.

Cuando me hablas, me explicas, eres blanco.

Cuando dudas, eres amarillo.

Cuando aventuras, eres verde.

Cuando dueles, eres negro.

rojo, lujuria.

blanco, calma.

amarillo, dolor eléctrico.

verde, esperanza.

negro...

no quieres saber lo que es el negro.

Desde que tengo uso de razón, tengo confianza.
Creo que sería lo que algunas personas llaman “fe”.
Sí, tengo fe en los lazos, en el amor. En que algo tan fuerte no se puede destruir de un plumazo.
También creo en la objetividad y en el “no meter las narices”.
Sobre todo, tengo fe en las personas, confío en ellas. Y, ahora, a pesar de que todo diga “no” yo digo, grito y gritaré ¡Sí!
Sí, que el dolor se convierta en más fuerza para afrontar el mañana. Sí, que se dejen atrás estúpidos prejuicios y opiniones preconcebidas. Sí..
Porque esos lazos vivan. Porque superen todos los baches.

maybe

Me voy a la playa. 4 días.
Pienso tirarme todas las horas posibles sentada en la arena mirando el agua, hasta que se me quede grabada la imagen en las retinas, y el sonido guardado en los oídos, para poder traérmelo a casa.
Seguro que no llego cuerda.
Qué bien me va a venir ...