21/10/10


¿De qué tienes miedo?

Estás asustado. Lo sé. Me lo dicen tus ojos. No los veo, pero precisamente lo sé por eso: porque no me miras.
No sé si miras al infinito o solamente evitas mis ojos, si me estás escuchando. Solo sé que tienes miedo.

¿Te asusto? Me pregunto si podría hacerte daño de alguna manera. Lo dudo bastante.
Adrede, ni soñando: jamás iniciaría una acción mala y consciente contra ti.
Y sin querer… realmente dudo que haya algo en mí que pueda herirte.
Si no me lo quieres contar, no importa… Pero yo también tengo miedo, también estoy asustada.
Al fin y al cabo, soy humana.

La oscuridad. El dolor. No poder defenderme. Las dudas. Que te vayas para siempre. Perder el camino. No ser fuerte. Los recuerdos. El olvido. Que ya no estés conmigo…

Podría hacer una lista infinita de las cosas que me dan miedo. Pero creo que es más útil saber que, de cualquier manera, si está conmigo mi pequeño corazón… Haré frente a todos y cada uno de ellos. Y ganaré. Simplemente porque lo merece. Porque lo mereces.

Porque hubo un día en que, sin yo pedirlo, sin yo pensarlo, una mano agarró la mía y caminó conmigo.

Y en ese momento no tuve miedo.

2 comentarios:

  1. No es nada raro que, sin querer, hagamos daño a alguien. Está en nosotros la capacidad de cometer errores. Pero nadie debe basar su relación con nosotros en esos errores si sabe que son casos aislados, si sabe que queremos con el corazón.

    No creo que ese "miedo" del que hables sea poque tú le hayas hecho daño, a lo mejor es porque sabe que te lo ha hecho a ti.

    Si todo te resulta extraño sólo tienes que tomar esa pequeña grulla de papel y venir volando hasta aquí.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Como dice Panchinceto, sin querer hacemos daño, incluso sin que tú lo veas.

    Por otra parte, gracias por decirme que estás ahí para mí, aunque ya lo sepa, y que me hayas felicitado. Has sido la primera amiga que lo ha hecho, y viendo cómo está todo, no sé si habrá muchas más.

    Sea como sea, gracias. Espero que hubiera uno, y que haya, algún día en que te agarre la mano y caminemos juntas, porque realmente te echo de menos.

    Te quiero, preciosa.

    ResponderEliminar

susúrrame

No me juzgues tan rápido.
Solo estás viendo lo que yo he elegido que veas.