y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.
Pablo Neruda.
Desde pequeños nos crían con esas películas de amor, leyendo esas hermosas poesías en las que el amor todo lo vale y todo lo consigue. Con esos libros románticos en los que el amor triunfa a pesar de todo. Incluso en Romeo y Julieta triunfa el amor. Por que, a pesar de todo, ellos se amaban, no cedieron y siguieron amándose por encima de todo.
Luego, llegas a la realidad, y te estampas.
Por que los amores de libros, películas e imaginación, no existen.
No existen los amores de películas ni de novelas... pero las novelas y las películas existen porque hay amor.
ResponderEliminarEl amor existe y lo que no podemos hacer es estar siempre esperando a algo ficticio como eso que describes... porque si tenemos la vista puesta en un "quizá" se nos escapará lo que se nos ofrece.
Yo te amo a tí, con eso me basta y ojalá te pudiera bastar...
ResponderEliminarY la realidad... nunca es como esperamos que sea, por eso mismo creo que la llamamos realidad...
Y no destruyes tu mundo, esas cosas déjamelas a mí.