Deja que te ayude a hacer más profunda esa herida. Quiero atravesarte hasta que tu respiración casi no exista. Que se note que sufres.
Quiero que no lo escondas más. Grita. Mientras se hace más y más grande y tu sangre encharca el suelo. A cada gota un pensamiento. A cada pensamiento, un sentimiento, un recuerdo.
No lo ocultas tan bien como piensas. Tus ojos brillan, la comisura de tu boca esboza una minúscula sonrisa al verlo. Y cuando duele, tus ojos se apagan. Y tu boca fruncida.
Ni si quiera eres capaz de ocultar tus latidos cuando se acerca. Cada vez más rápidos, cada vez más fuertes. Sabes que se oyen. Y te ensordecen. Y tu maldito estómago, rugiendo, solo porque te pones tan nerviosa. Deja de esforzarte ya. Sabes que no lo puedes esconder.
Así que sigue observando las imágenes en ese charco cada vez más grande. Sus ojos. Sus manos. Su piel. Sigue observándolo mientras todo acaba. ¿Duele? Quizá así aprendas.
Y si no... bueno, si no,
estás muerta.
Jamás conozcas lo descrito.
ResponderEliminarAcabarás haciéndote más fuerte, no tengo duda de ello. Los recuerdos son los más difíciles de matar, por suerte o por desgracia, intenta quedarte con los buenos.
ResponderEliminar¿No es mejor así nuestra historia?
Leo un texto cargado de odio... pero no soporto pensar que ese odio va dirigido hacia tu propia persona =(
ResponderEliminarJamás te des por vencida.