sed

"Un primer contacto, suave, corto, sin a penas rozar las gotas de agua que brotan de la fuente que debe calmar mi sed, no es suficiente.
Necesito más... No pido, dirijo mis labios al lugar donde mana ese manjar y los humedezco, poco a poco, y cada vez bebo de él con más ansias, con más obsesión y sin control.

Mi cuerpo no responde, solo bebe y bebe, sin importarle nada más. Y no me importa, los breves momentos que consigo relajar mi mente, descubro que quiero todavía más, y continúo bebiendo... hasta que me entra el hambre. Necesito morder. Olvido sus labios y me dirijo hacia su cuello, un hermoso cuello blanco y liso, y muerdo.
Suavemente, sin herirle, mordisqueo, deslizo mis labios e incluso mi lengua, del cuello al lóbulo de la oreja, al cuello de nuevo, hasta sentir un escalofrío suyo...

No recordaba haber perdido el control de esta manera, no me gusta estar fuera de mí, nunca me ha gustado, y sin embargo me lo he pasado demasiado bien durante esos momentos en los que mi mente vagaba por la luz y mi cuerpo se dejaba al placer de un beso..."