17/12/10

No te quedes ahí esperando a que alguien vaya, te escanee y compruebe lo que tienes en la cabeza o en tu corazón (o acaso que lo intente). Dilo. Di lo que sea que tengas ganas de decir o de gritar al mundo. Di lo que sea que tengas guardado y no te atrevas a contar por miedo a “y si” o “es una tontería”.
Deja las medias verdades y las incógnitas, no son mucho mejores que un engaño.
Deja la frialdad a un lado con las personas que te importan.
Deja de aparentar indiferencia. La indiferencia duele mucho más que cualquier cosa que puedas decir.
Y, sobre todo, no rechaces ayuda cuando se te ofrece, porque no estás dejando ir una mano, estás dejando ir una sonrisa. La tuya.
Como si te hundieras en el suelo.

3 comentarios:

  1. A veces es difícil gritarle al mundo y contra eso personas que prefieren resguardarse en su mundo, suena egoísta pero la recompensa es no preocupar a la gente que quieres, y eso, no es tan malo, no?

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  2. Así acabas preocupando a todo el mundo. Así que no, creo que... No es bueno.

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  3. mmmmmmmm, gracias, acabas de abrir un rincón de mi mente con esta entrada...

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susúrrame

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Solo estás viendo lo que yo he elegido que veas.