reflejos

"Es tarde, queda demasiado para el amanecer, y continúa pensando en aquello.
Lloró como una descosida durante horas, sin lograr solucionar nada.
Elevando su mano sitúa el espejo frente a su cara, observando sus entrelazados bordes llenos de complicados líos y flores, es el espejo de una princesa."


-Querida, no vale la pena estar encabronada con la Tierra, después de todo, tú y yo sabemos que lo que te duele es…

Que él seguirá siendo el mismo idiota de siempre, tú te seguirás creyendo la historia de que eres la princesa que conseguirá cambiar su forma de ser. El hecho de que cometa errores que sabe que comete y le dé igual. O peor, que no se dé cuenta. Insistes en creerlo, que podrás cambiarlo.

El darte cuenta de esa debilidad tuya, ha hecho que pierdas la cordura una vez más. Has lanzado cada objeto que se cruzó ante ti, cerraste de un portazo, y gritaste lo más alto que tu garganta te permitió, para que nadie escapara a tu alarido, para que alguien acudiera a abrazarte fuerte..., te escuchara y te abrazara, y te dijera que lo sentía, que se arrepentía, que …

Pero estás sola y a oscuras. Solo yo. Esta guerra nunca ha sido tuya, ni mía. Es una guerra que tiene en su interior, y que debe luchar a solas. Tú y yo tan solo somos el ejército de apoyo, pero no parece que quiera ayuda…

A lo mejor es hora de cerrar el libro. Es hora de encender la luz y observar tu imagen entre las manchas de sangre del espejo que tú misma has destrozado con tus manos, sin reconocer la cara que refleja, que no es la tuya, ni la mía. La muchacha que observa desde el otro lado está ojerosa, despeinada, es un monstruo oscuro y demacrado, y muy, muy enfadado.

Nos mira desafiante, sus cejas se arquean en una mirada irónica e hiriente.

-¿Qué? -nos acusa- Yo, Esto, es lo que habéis hecho.