30/4/08

Lujuria



No sabría si llamar lujuria al deseo que tenía de echarme en sus brazos. De recorrer sus labios con mi lengua y apoderarme de todos y cada uno de sus sentidos.

No sabría si llamar lujuria a las ganas que tenía de que sus manos me tocaran, me acariciaran o simplemente me rozaran. No sabría si llamar lujuria a aquel nudo que tenía en el corazón cuando mis labios se acercaron a su cuello y lo rastrearon, cuando mi nariz olfateó lenta y delicadamente su perfume y quise morder sus ropas y llevarnos a la locura. No sabría decir si era lujuria o amor.
Amor, deseo, lujuria, ¿o todo junto?
Solo sé que me habría quedado para siempre en su pecho, respirando su suave aroma, si aquello hubiera sucedido.

Si hubiera sido más que una imaginación mientras mis ojos recorrían su rostro, que me observaba en la distancia, y el contemplaba mi mirada deseosa, el brillo de mis ojos cuando me veía con él.

Aquellos ojos entre grises y verdes, que se dieron la vuelta sin decir nada, a los que no volví a ver hasta una semana después.

2 comentarios:

  1. Hummm...Hummm...Ehmmm...Mierda, no sé me da nada bien decir cosas...pero...Hummm...Eso no es amor, es lujuria xDD

    Besos ^^

    Atte. Raven ^^

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  2. Era una noche de verano, se habían quedado solos y decidieron ir a la playa. El le dijo que se subiera al coche que llegarían en apenas 20 minutos. Cuando llegaron descubrieron que no había nadie, serían las 2 de la madrugada y soplaba un viento cálido. Decidieron sentarse juntos en la arena y estuvieron largo tiempo sin decirse nada, escuchándose únicamente de fondo, el sonido de las olas.. Él intentó decir algo, pero su boca no logró emitir sonido alguno. Estaba tan nervioso, tenía ganas de salir corriendo. Ella lo advirtió y al ver que no surgía nada levemente posó el dedo índice en sus labios. Se acercó lentamente a su oído y le susurró.. Te quiero..

    Fue como volver a vida, la sangre le hervía, su corazón empezó a latir arítmicamente, le faltaba el oxígeno. De pronto vio como los labios de ella se acercaban a los suyos propios, no podía ni creer lo que estaba sucediendo. La amaba más de lo que ella pensaba, pero era incapaz de decírselo. Solamente hizo falta ese beso para saber si el amor que sentían el uno del otro era realidad o ficción.

    Poco a poco su deseo crecía, era ella y era él, la persona del mundo paralelo al que tanto deseaba tener a su lado. Por un momento cruzaron sus barreras y se sintieron unidos, fundidos en besos y caricias, ansiadas caricias que no podían creer.

    El deseo los llevó a besarse salvajemente, a aferrase el uno al otro como si fuera lo único que existiera en sus vidas. Fue entonces en el momento álgido, cuando el faro de un coche los cegó, devolviéndolos de nuevo al mundo real y recordándoles que todo había surgido únicamente en sus sueños y que por un momento habían podido sentirse el uno al otro, aunque los separaran cientos de kilómetros de distancia.

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susúrrame

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